En una entrevista exclusiva con MERCURIO NOTICIAS, Carlos Schmidt, quien trabaja en el sanatorio solo tres días a la semana debido a su jubilación, encontró tiempo libre para dedicarse a su pasión por tocar el piano.
En el sanatorio, se encuentra un piano que fue donado por generosos contribuyentes, lo que brindó la oportunidad perfecta para que el doctor comparta su talento musical.
En sus días libres, especialmente los lunes, Carlos dedica "un tiempo a tocar música religiosa suave, en su mayoría himnos cristianos que son cantados por personas de diversas religiones", contó. Durante la entrevista, una señora de origen católico identificó una de las melodías y compartió la conexión que sentía con ella. Esto demuestra cómo la música puede unir a las personas más allá de sus creencias individuales.
Con gran gusto, Schmidt también dedica unos minutos a tocar música atractiva para los niños, incluyendo canciones infantiles. Incluso les canta a los niños, lo cual le brinda un gran placer personal.
Carlos comenzó a tocar el piano desde los ocho años y aunque su profesión principal es la medicina, considera la música como uno de sus pasatiempos más queridos.
La música se ha convertido en una forma de enriquecimiento personal y una manera de complementar su trabajo en el campo de la medicina. Carlos encuentra alegría y satisfacción al compartir su talento musical con los demás en el entorno del sanatorio, brindando momentos de calma y conexión a través de las notas que emanan del piano.
La historia de Carlos Schmidt nos recuerda cómo las pasiones y los hobbies pueden complementarse, enriqueciendo nuestras vidas y permitiéndonos encontrar una mayor plenitud en nuestros días.