Este método es práctico y consiste en aplicar un espesor de entre tres y cinco centímetros, seguido de una capa de ripio grueso para emparejar la superficie. Se espera que esta solución provisional dure alrededor de un año, hasta que se implemente un bacheo definitivo, indicó Challió.
En diálogo con MERCURIO NOTICIAS, comentó que, en el contexto actual, se han recibido 20 mil kilos de asfalto, que se han utilizado en la ruta 23, la más deteriorada de la zona. Además, se planea introducir otros 20 mil kilos antes de fin de año. Aunque se han comenzado trabajos de bacheo en la ruta 23, otros caminos se complicarán debido a la proximidad del verano.
En cuanto a los desafíos, Challió destacó que hay trabajos pendientes en varias rutas, incluyendo las ruta 37 y 38. La falta de materiales, como ripio, ha dificultado la reestructuración de estos caminos, que presentan importantes deterioros.
Por ejemplo, el camino desde Calzada de Luca hasta la ruta 22 necesita ser levantado y arreglado adecuadamente, pero las condiciones climáticas han impedido avanzar.
Los objetivos a corto plazo incluyen asegurar que todos los caminos estén bien levantados y que las cunetas estén arregladas antes del inicio de la cosecha. Challió enfatizó la importancia de "tapar los baches a medida que surjan para evitar que se agranden con las lluvias".
Además, se anticipa que, a partir de la próxima semana, se comenzarán trabajos en la ruta que conecta la zona cuenca arrocera con Villaguay, una tarea que se estima llevará alrededor de cuatro meses, siempre y cuando las condiciones climáticas sean favorables.
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