La atención política se centra en el contenido y el tono de su discurso, especialmente en un contexto de tensiones entre el gobierno de Javier Milei y los gobernadores, en el que se amenaza el financiamiento de las provincias de una manera sin precedentes desde 1983.
Como es habitual en estos discursos anuales, el gobernador Frigerio presentará un panorama de la situación de las cuentas públicas. Se espera que haga hincapié en las condiciones financieras y económicas en las que recibió la provincia después de 20 años de gobiernos peronistas.
Desde que asumió el cargo el 10 de diciembre, Frigerio ha advertido que heredó menos recursos de los prometidos por su predecesor, Gustavo Bordet, quien era el líder del peronismo y con quien tenía una estrecha afinidad política desde que decidió postularse para gobernador de Entre Ríos. Sin embargo, según ha dicho en repetidas ocasiones, su amigo le dejó una provincia "sin ahorros y endeudada" en dólares.
Además de resumir las primeras medidas adoptadas durante sus dos meses de gobierno, el mandatario trazará los objetivos para el próximo año, que se centrarán en la austeridad fiscal en las cuentas públicas, la reducción del gasto político y la modernización del Estado, entre otros aspectos de su gestión.
Se espera que, más allá de las necesidades urgentes de gastos corrientes, el gobernador proponga avanzar en las postergadas reformas al sistema previsional para reducir el enorme déficit de la Caja de Jubilaciones, que está condicionando las finanzas provinciales.
Asimismo, se espera que este año no electoral se avance en la tan mencionada reforma política, que seguiría una línea similar a la que intentó implementar Bordet en 2018.
