Leonardo Avancini.

Textual

"Por medio de la presente, me dirijo a usted con el fin de dejarle a disposición mi renuncia al cargo de Encargado del Departamento de Cultura e informo que desde el próximo sábado 7 de septiembre me incorporo nuevamente a mi anterior espacio dentro de la Orquesta Municipal San Salvador.

Agradezco la oportunidad en la cual durante estos meses adquirí nuevas experiencias que sin duda, han enriquecido mi desarrollo profesional y a la cual no pretendía renunciar, pero respetando su pedido, lo hago. Esta aclaración la realizo, porque bajo ningún concepto me creo incapaz de poder llevar adelante esta función.

Aprovecho la oportunidad para disculparme nuevamente por mis exabruptos y comentarios desafortunados, experiencia de la cual también aprenderé, equivocarse es humano y tal cual expresa Goethe, “el único hombre que nunca se equivoca es el que nunca hace nada”, todos nos equivocamos y sin duda, eso nos permite seguir mejorando.

A su vez, deseo expresar que mi forma de actuar, en ocasiones de manera acertada y en otras desacertadas fueron impulsadas siempre, siempre, siempre por el anhelo e ideal de concebir la Cultura de una forma diferente. Incluso sabiendo, que todo ideal puede contener una parte de error o serlo en su totalidad, prefiero elegir eso a carecer de esos ideales y tener que sumergirme en lo cotidiano, renunciando así a la posibilidad de  lograr cambios trascendentales en el espacio en el cual me desarrollaba.

Mi perspectiva sobre la cultura no me permite actuar de manera superficial ni centrada en objetivos a corto plazo. Reconozco que me faltan muchos aspectos a mejorar, pero mi propósito al llegar a este lugar ha sido dedicarme a encontrar soluciones y mejoras.

Por ello, siempre me he enfocado en una planificación organizada y a largo plazo, que en lo que respecta a mi experiencia personal, me ha dado buenos resultados en otros ámbitos y por eso intenté procurar obtener logros similares y enriquecer el espacio que hasta hoy estaba ocupando.

No he llegado a este lugar con la ambición de satisfacer ambiciones personales; de hecho, durante estos meses sacrifiqué mi desarrollo profesional con el único propósito de obtener beneficios en función a lo que represento, la Cultura. Mi objetivo ha sido y seguirá siendo, desde otro lugar, expandir, tratar de elevar a un nivel más profundo y significativo la cultura, algo que evidentemente no he alcanzado al menos como Encargado de este Departamento.

En mi reflexión, reconozco que mi reacción a las negativas pudo haber sido demasiado dura. No obstante, el verdadero problema no son las negativas, sino el desorden que va en contra de mis principios y mi formación, al cual no estoy dispuesto a someterme, desorden que no proviene de mí, sino a la falta de decisiones en tiempo y forma de quienes sí tienen la potestad de hacerlo. Me da paz saber que ni un cargo ni un sueldo han podido cambiar mi forma de pensar en cuanto a esto, ya que es más valioso para mí reconocer mis fallos y transformarme, a ser domesticado por aquellos que nunca han tenido un acercamiento genuino a la Cultura.

Por último, y no menos importante, quiero expresar una reflexión profunda sobre mi actitud hacia los temas relacionados con la Orquesta Municipal. Entiendo que mi comportamiento puede haber sido percibido como desobediente o conflictivo, y lamento si esto ha generado alguna interpretación negativa. Sin embargo, es crucial que comprendan el contexto de mi postura.

Durante una década, me dediqué a formar personas más allá de simples músicos; me comprometí en el desarrollo integral de individuos, inculcando en ellos hábitos, responsabilidades y valores que considero esenciales. Mi dedicación a este noble propósito fue guiada por un profundo compromiso con la educación y el crecimiento personal de cada persona que pasó por allí.

Es, este mismo sentido de compromiso y pasión el que he traído conmigo a trabajar a este Departamento, pero la falta de organización que he observado ha puesto en peligro ese vínculo tan significativo que he construido con la Orquesta o cualquiera de mis allegados a la actividad artística. Mi actitud desafiante no nace de una intención negativa, sino de un profundo deseo de proteger y preservar lo que considero fundamental para el desarrollo cultural y comunitario y el cual llevó muchos años de construcción.

Mi intención es seguir defendiendo a la Cultura con el mismo fervor y determinación que he demostrado hasta ahora. Ojalá que en el Municipio haya más personas dispuestas a apoyar sus propias causas con igual dedicación. La defensa de la calidad y la integridad de nuestras instituciones es una tarea que debe ser llevada a cabo con pasión y perseverancia.

Solo con este tipo de compromiso podremos asegurar el bienestar y el avance de nuestra comunidad.

Deseo dejar todos mis pendientes en orden y apoyar para lograr una transición limpia y eficiente con la persona que cubrirá mi puesto, por ende me muestro a disposición para lo que se requiera. Además, de ser posible y como último pedido de orden, necesito un mínimo de anticipación de mi desafectación como Encargado del Departamento de Cultura de ese modo iniciar los trámites que me lleven de regreso a mis funciones en mis otros trabajos.

Me despido cordialmente, compartiendo un pasaje que encapsula mi pensamiento con claridad: Apocalipsis 3:15. ‘Yo conozco tus obras; no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!’ Este versículo refleja mi deseo de autenticidad y compromiso absoluto en todas las cosas que emprendo".

Prof. Leonardo Martin Avancini