"El sacrificio que han hecho no será en vano", prometió Milei, asegurando que "la recesión ha terminado y el país ha comenzado a crecer". Acompañado por su gabinete, el mandatario destacó los logros económicos alcanzados durante su administración.
Milei enfatizó que se está acercando el momento en que "la inflación será poco más que un mal recuerdo", y anticipó un "crecimiento sostenido" para 2025, gracias a las bases macroeconómicas establecidas en el último año. También hizo referencia a la gestión de su predecesor, sin nombrarlo, al criticar la emisión monetaria excesiva que, según él, ha afectado al país.
El presidente subrayó los cambios implementados en su gobierno, como la desregulación del transporte terrestre y la eliminación de precios máximos, argumentando que estas reformas son "ocho veces más grandes que las de Carlos Menem". Además, anunció que está "cada día más cerca" de eliminar el cepo cambiario, considerándolo una "aberración" que terminará para siempre.
Milei también prometió un "ajuste profundo" en el gasto público, con una auditoría exhaustiva para reducir el tamaño del Estado. "Vamos a eliminar organismos y secretarías que no deberían existir", afirmó, destacando su intención de llevar a cabo reformas fiscales, laborales y políticas.
En su mensaje, el presidente comunicó que los argentinos podrán utilizar la moneda que deseen para sus transacciones, exceptuando el pago de impuestos, que seguirá siendo en pesos. Además, anunció la intención de establecer un tratado de libre comercio con Estados Unidos y de reformar el Mercosur para facilitar el comercio interno.
Con un enfoque en el ciudadano común, Milei cerró su discurso asegurando que su administración ha venido a acabar con un régimen de privilegios que ha relegado a los argentinos de bien a una posición de segunda clase. "Llegó la hora del hombre común", concluyó.