El dengue se transmite cuando un mosquito infectado pica a una persona sana. Por lo tanto, el uso de repelente es crucial tanto para prevenir la enfermedad como para evitar la propagación del virus por parte de personas ya infectadas, especialmente durante la fase febril.

Los repelentes, disponibles en diversas presentaciones (sprays, lociones, cremas, geles y aerosoles), contienen principios activos como DEET, IR3535 e icaridina. Su efectividad depende de la concentración, por lo que es fundamental seguir las instrucciones del fabricante para su correcta aplicación y reaplicación.

Recomendaciones para el uso seguro de repelentes

Aplicar sobre la piel y la ropa, especialmente durante las horas de mayor actividad del mosquito (amanecer y atardecer).

Evitar la aplicación sobre heridas, piel irritada, ojos, nariz, boca y manos (especialmente en niños).

No aplicar en exceso ni reiteradamente; lavar la piel diariamente con agua y jabón.

Reaplicar luego de nadar o sudar excesivamente.

Si se utiliza protector solar, aplicar primero el protector y esperar 30 minutos antes de usar el repelente.

El Gobierno provincial ha realizado una compra de repelentes para garantizar su acceso a las personas con dengue durante la etapa de contagio.