De acuerdo al informe de la Bolsa de Cereales, en soja, el estrés termo-hídrico en el NEA ha reducido el potencial productivo de la soja en un 22%, impactando negativamente en el stand de plantas y el crecimiento reproductivo.

Sin embargo, las lluvias en el centro del área agrícola han mejorado las perspectivas de rendimiento en los cultivos de primera y segunda, superando las proyecciones iniciales para esa región. A pesar de esto, la producción se estima en 48,6 MTn, una reducción de 1 MTn respecto a la proyección inicial.

En tanto, la cosecha de maíz ha avanzado, alcanzando el 13,6% del total nacional estimado. Sin embargo, la falta de lluvias en el norte del área agrícola ha reducido los rendimientos esperados en un 40%.

Regiones del centro y norte de Córdoba, norte de Santa Fe y sur del área agrícola también sufrieron mermas, aunque menores, debido a períodos de déficit hídrico. A pesar de esto, un ajuste al alza en el área implantada de la campaña 2023/24 (8,4 MHa) mantiene la proyección de producción en 49 MTn.

Por su parte, la cosecha de girasol se ha acelerado en el sur del área agrícola, con un avance del 39,3% del área apta. Los rendimientos se mantienen elevados (23,8 qq/Ha), aunque persisten demoras respecto a ciclos previos.

A pesar de problemas de vuelco y brotado por recientes precipitaciones, la proyección de producción se eleva a 4,3 MTn, un aumento de 200 mTn respecto a la estimación anterior, aunque podrían registrarse nuevos ajustes.

En resumen, las condiciones climáticas contrastantes han generado un impacto diferenciado en la producción de cultivos gruesos, con pérdidas significativas en algunas regiones y mejoras en otras, resultando en ajustes a las proyecciones iniciales para cada cultivo.