El proceso de privatización se llevará a cabo mediante la separación de las actividades y bienes de cada una de las unidades de negocio de Enarsa. Según el comunicado oficial, durante años, la empresa requirió transferencias millonarias del Tesoro para sostener una estructura que no logró resultados eficientes ni en calidad de servicio ni en administración.

El Gobierno argumenta que esta medida apunta a ordenar el funcionamiento del Estado y permitir que el sector privado, con capacidad de inversión y experiencia, asuma la gestión de actividades clave como la transmisión eléctrica. Se espera que la privatización mejore el servicio, fomente la competencia y garantice precios reales y sostenibles para todos los argentinos.

"El sector privado no solo puede hacerlo mejor, sino que además es el motor natural de la inversión, el empleo y la innovación", señala el comunicado.

El Estado, por su parte, se enfocará en organizar, regular y asegurar el buen funcionamiento del sistema energético. El Gobierno Nacional considera que este es un paso concreto hacia una Argentina más moderna, más eficiente y con mejores servicios para sus ciudadanos.