La situación empeoró cuando, a media noche, la mujer les informó que ya no podía soportar los dolores y les exigieron a los profesionales de la salud que la indujeran al parto, pero tampoco les hicieron caso. Alrededor de las 5:00 de la mañana, le hicieron un control para escuchar los latidos del bebé, pero ya no había latidos. La familia sospecha que el bebé se ahogó porque se quedó sin líquidos en la placenta.
Según el relato de Leiva a diario El Sol, la madre del bebé estaba temblando de miedo, y con el hijo muerto dentro de su panza, pero los médicos insistían en que tenía que tenerlo por parto normal. Para ese momento, la mujer ya había transcurrido 12 horas de intensos dolores y estaba al borde del desmayo, incluso casi le da un paro cardíaco.
Ante esta situación, la familia entró por la fuerza a la sala y exigieron que la indujeran al parto. A los cinco minutos nació el bebé, pero ya estaba muerto. “La enfermera y la doctora le dieron el bebé muerto a la madre y le dijeron que lo sostuvieran tanto ella como el padre del bebé. Pero el bebé ya estaba muerto, era una tortura”, manifestó Leiva con total indignación.
Después de esto, los profesionales de la salud desaparecieron y no se hicieron cargo de la situación. La familia radicó una denuncia ante la fiscalía de Concordia por presunta mala praxis para que el fallecimiento del bebé "no quede en la nada".
Según Leiva, "siempre hay mucho poder en los hospitales, no queremos que tapen esto y que el juicio quede en la nada". La familia espera que se esclarezca el caso y que haya justicia para su bebé.